¿Cuánto debes ahorrar vs cuánto debes consumir?
El ahorro y el consumo son dos caras de una misma moneda.
Muchas veces nos enfocamos en generar retornos, en elegir el mejor vehículo de inversión. Pero toda inversión proviene del ahorro. Esta semana analizamos la relación entre el ahorro y el consumo y cómo ambos nos pueden ayudar a generar riqueza.
El impacto de ahorrar más
La teoría de las finanzas personales indica que deberías ahorrar entre 10-20% de tus ingresos. De hecho, se recomienda que el consumo en tus gastos fijos sea un máximo del 50% de tus ingresos, tu gasto discrecional un 30%, y tus ahorros el 20% restante. Este parámetro es conocido como la regla del 50-30-20 y proporciona un balance entre el consumo en el presente y el ahorro para el futuro.
Empezar a ahorrar desde el inicio de tu vida profesional tiene dos ventajas: una a nivel financiero y otra a nivel de comportamiento.
Cuando hablamos de corto a mediano plazo, tu tasa de ahorro tiene más impacto que la tasa de retorno. Consideremos dos casos, en el primero tenemos una persona con una capacidad de ahorro moderada, pero un retorno medianamente alto; en el segundo, tenemos un persona con una tasa de retornos más bajo, pero con una capacidad de ahorro mayor. Después de 10 años, ¿cuál inversionista crees que habrá generado más riqueza? ¿La persona con la tasa de retornos más alta o la que tenía mayor capacidad de ahorro?
Como puedes ver en este ejemplo, la persona con un mayor nivel de ahorro genera más riqueza a mediano plazo, a pesar de tener una tasa de retorno inferior.
De todas maneras, la tasa de retorno sí es importante. Sobre todo cuando tienes una acumulación significativa de activos o un horizonte de inversión largo. Pero al inicio de tu camino como inversionista, la capacidad de ahorro es muy importante. (Si te interesa probar otros escenarios, puedes jugar con esta calculadora de retornos).
Empezar a ahorrar en etapa temprana también te permite cultivar el hábito de ahorrar. Si alguien no ahorra desde el inicio, ¿por qué pensar que podrá ahorrar aún más en el futuro?
Al ahorrar, pones un límite al consumo, te privas de probar nuevos restaurantes, de disfrutar de viajes al extranjero, de dar regalos a familiares, te privas de vivir en el presente al máximo. Es muy fácil consumir y hasta endeudarte para consumir más, especialmente si uno no es responsable. ¿Qué mejor remedio que empezar a generar un hábito de ahorro desde el inicio de tu vida laboral?
En resumen, la teoría de las finanzas personales aconseja que tengas una tasa de ahorro fija durante tu vida, idealmente entre el 10-20%. El ahorro fijo permite generar riqueza y cultivar buenas prácticas con respecto al manejo del dinero.
Pero, ¿es esta la mejor opción para todos?
El impacto de consumir menos
La teoría económica del consumo óptimo indica lo contrario. Propone mantener tu nivel de consumo fijo y variar el nivel de ahorro a lo largo de tu vida.
La idea principal es que existe una utilidad marginal decreciente para el consumo. Este concepto económico indica que el beneficio de consumir disminuye a medida que el consumo incrementa. Por ejemplo, si tienes mucha hambre, el primer pedazo de pizza que te comes será de mucha utilidad para saciar tu apetito. El segundo pedazo será beneficioso, pero menos que el primero. Comer un tercer pedazo es bueno, pero tendrá menor impacto que el primero, y menos aún que el segundo. Y así sucesivamente.
El resultado es que consumir más allá de cierto límite ya no trae beneficios que incrementen proporcionalmente al consumo.
Si aplicas este concepto a tus decisiones financieras, deberías intentar mantener tu consumo estable durante tu vida y ser flexible con el nivel de ahorro.
Si creces a nivel profesional, es probable que tus ingresos suban. Al mantener el nivel de consumo fijo, podrás ahorrar mucho más que el 20% de tus ingresos. No es impensable que al final de tu vida profesional, cuando tu hipoteca esté pagada y tus hijos estén viviendo fuera de casa, podrás ahorrar el 50% de tus ingresos o más.
Mantener el consumo fijo de esta forma también te protege contra el consumo desproporcionado. Es fácil consumir más cuando tus ingresos suben, especialmente si entras a nuevos círculos sociales al tener mayores ingresos. Por ejemplo, si logras pagar la pensión de un colegio privado y las familias de dicho colegio suelen tomar vacaciones internacionales, vas a sentir presión de hacer lo mismo con tu familia.
Por otro lado, al inicio de tu vida profesional, tener una meta fija de ahorro puede ser una carga.
Si tus ingresos son bajos, posiblemente no tenga sentido auto-imponerte una tasa de ahorro alta. Puede que sea más provechoso usar tus ingresos para asegurar un estándar de vida mínimo mediante tu consumo y darle menos prioridad al ahorro.
De hecho, puede que tenga sentido endeudarte para mejorar tus oportunidades a futuro, consumiendo más allá de tu capacidad actual. Por ejemplo, si te endeudas para adquirir más educación, mejorar tu salud, o adquirir un inmueble aunque no puedas pagarlo de contado.
La teoría del consumo óptimo propone que el nivel de consumo sea fijo y el ahorro sea variable. La flexibilidad del ahorro nos permite ahorrar más cuando tenemos más holgura y ahorrar menos cuando nuestra situación sea más apretada, sin sentirnos culpables de no cumplir una meta arbitraria.
Riesgos y consideraciones
El principal problema de postergar el ahorro es que tus ingresos futuros no están asegurados.
No es impensable que en algún punto de tu vida cambies de carrera y debas empezar un puesto con menores ingresos. O que tengas una familia y priorices sus necesidades antes que el ahorro. Tampoco puedes descartar el impacto de un accidente en tus ingresos futuros, sobre todo si no tienes una cobertura apropiada de seguro [link]. Puede que tengas las mejores intenciones de ahorrar más a futuro, pero posiblemente no tengas la capacidad.
Más allá de tu capacidad de generar ingresos, es probable que nunca haya un momento oportuno donde te sea fácil ahorrar de forma constante. Si postergas ahorrar hasta que te sea fácil, estarás acostumbrado a un estilo de vida de alto consumo. Generar un hábito distinto será un desafío importante, sobre todo con menos ingresos futuros.
Finalmente, el tiempo es una de las principales ventajas del lado de los inversionistas jóvenes. Si logras acumular aunque sea una suma modesta e invertirla, como en el ejemplo anterior, vas a generar algún tipo de retorno. Ese retorno es el costo de oportunidad de no invertir en etapa temprana.
En fin, ¿cuánto debo ahorrar o cuánto debo consumir?
Las estrategias de priorizar el ahorro o limitar el consumo tienen sus ventajas y desventajas. Al final del día, tu realidad prima.
Aun si optas por priorizar tu ahorro, es probable que en algún punto de tu vida no logres cumplir tus metas. Si optas por limitar tu consumo, es probable que en algún momento tu costo de vida incremente. No existe una tasa de ahorro o consumo fija para todos, ni para siempre.
Por esta razón podemos concluir que tu tasa de ahorro (o consumo) te debe incomodar sin privarte de tener crecimiento en tu vida.
Si puedes ahorrar el 20% de tus ingresos con facilidad, es probable que estés consumiendo demasiado y no estés ahorrando lo suficiente. Por otro lado, si por ahorrar el 10% de tus ingresos, no puedes asistir a cursos profesionales para tu desarrollo o dejas de participar en una actividad que te genera bienestar, tal vez deberías reconsiderar tu nivel de ahorro por el momento y priorizar tu calidad de vida.
Conclusión
El ahorro y el consumo son dos caras de una misma moneda.
Sea cual sea tu decisión, no podrás generar riqueza sin un mínimo nivel de ahorro o un límite en tu consumo. Esperamos que este artículo te haya ayudado a entender estas dos estrategias complementarias. La próxima semana exploramos algunos tips de como ahorrar más, o a su vez, como consumir menos. ¡No te lo pierdas!