Los 3 comportamientos que pueden destruir tus inversiones
Y qué puedes hacer para combatir estos sesgos
Invertir, viéndolo de manera técnica, no es difícil. Simplemente tomas tus ahorros, abres una cuenta de inversiones, compras activos, y esperas a que tus inversiones crezcan. Facil, ¿no?
De hecho, en el pasado hemos hablado a detalle de las bases que necesitas para invertir. Tus inversiones deberían financiar tu felicidad a largo plazo, deberías invertir según tu capacidad de tolerancia al riesgo, y siempre teniendo en cuenta el precio que pagas por invertir.
Todas estas son recomendaciones sencillas.
El problema es que los humanos no somos robots, y por lo tanto nos vemos afectados por nuestras emociones y comportamientos irracionales. En el pasado hemos hablado de los sesgos psicológicos que hacen que cumplir tus metas sea difícil. En este artículo vamos a hablar acerca de los sesgos psicológicos que afectan tus decisiones como inversionista.
La brecha del comportamiento
¿Sabías que la mayoría de inversionistas no logran capturar todos los retornos que ofrece el mercado? De hecho, la diferencia entre los retornos del mercado y los retornos que capturan los inversionistas se conoce como la brecha del comportamiento.
En la tabla que ven a continuación, encontrarán datos sobre la brecha de comportamiento publicados en el reporte anual 2022 de DALBAR, una de las empresas de investigación financiera más importantes de Norte América.
Como podemos observar, a pesar de que en promedio los inversionistas sí generan riqueza, no logran capturar los mismos retornos del mercado. Es decir, dejamos dinero sobre la mesa por malos comportamientos.
3 Sesgos que te llevan a malos comportamientos al invertir
Nuestro artículo sobre los sesgos de exceso de confianza y el efecto manda explican cómo la mente y las emociones pueden impactar tus decisiones financieras. Pero existen tres sesgos más que pueden destruir el valor que deberían generar tus inversiones.
Aversión a la pérdida
Hay muchos estudios que demuestran que nos duele más perder que lo bien que se siente ganar. Gracias a este sesgo, normalmente nos enfocamos en evaluar nuestras inversiones a corto plazo. Si no obtenemos resultados positivos de inmediato, solemos sobredimensionar las pérdidas y dejamos de invertir a largo plazo.
Efecto de disposición
Según la literatura financiera, el comportamiento más racional para un inversionista sería comprar bajo y vender alto. Sin embargo, gracias a este sesgo muchos inversionistas venden acciones que han incrementado en valor antes de tiempo y se aferran a las acciones que han perdido valor.
Esto se da porque los inversionistas prefieren "asegurar" los retornos que obtienen a corto plazo, pero puede llevarnos a perder oportunidades futuras si el activo sigue aumentando su valor.
Por otro lado, los inversionistas se aferran a los activos que pierden valor, esperando que se recuperen y puedan volver a obtener ganancias. Sin embargo, este comportamiento puede llevar a pérdidas significativas.
El sesgo del crecimiento exponencial
Los seres humanos somos muy malos para pensar en términos exponenciales.
Haz el siguiente cálculo: Si tienes $1 y tu dinero se duplica cada 2 días, ¿cuánto tiempo te demorarías en llegar a un millón?
Si sabes la respuesta, genial. Pero si no, sufres del sesgo al crecimiento exponencial como la mayoría de personas. (La respuesta es 20 días.)
En finanzas, esta falta de capacidad de pensar en términos exponenciales hace que ahorrar e invertir a largo plazo sea difícil. Simplemente no dimensionamos el efecto del interés compuesto en nuestros ahorros, ni en el tiempo que necesitamos para llegar a cumplir nuestras metas.
Conclusión
Lamentablemente, estar consciente de la existencia de estos sesgos no es suficiente para evitar los errores de mal comportamiento.
Sin embargo, puedes actuar de manera proactiva y anticipar estos sesgos lo más posible para minimizar las malas decisiones. Por eso, hemos creado varias herramientas para ayudarte a tomar mejores decisiones financieras.
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