Experiencias vs cosas, ¿cuál aporta más a tu bienestar?
La respuesta es sencilla, pero ¿sabes porqué?
Las experiencias fomentan tu bienestar
A diferencia de comprar cosas, las experiencias ofrecen más protección contra la adaptación hedónica. El beneficio o bienestar de comprar un objeto, aún si te brinda bienestar, se disminuye en el tiempo ya que te adaptas a tu nueva compra. Tu nuevo carro, pasa a ser tu carro y después tu carro viejo más rápido de lo que anticipas. Por otro lado, todas las experiencias son diferentes, aun si las repetimos con frecuencia, y por esta razón es más difícil adaptarse a ellas que a las cosas.
Adicionalmente, nuestra identidad está asociada con las actividades y vivencias que tenemos. Existen estudios que demuestran que nuestra identidad está mucho más atada a las vivencias que tenemos a raíz de nuestras decisiones que a los objetos que nos rodean. Al reflexionar en el pasado que nos formó, solemos pensar más en vivencias que en objetos.
Finalmente, las experiencias suelen conectarnos con otras personas. Por ejemplo, una pelota de fútbol aporta un valor limitado si no puedes tener la experiencia de jugar fútbol con tus amigos. Relacionarte con tus seres queridos tiene mucha incidencia en tu bienestar y calidad de vida a largo plazo.
Cómo usas tu dinero determina cómo usas tu tiempo
Es importante reflexionar cómo usamos nuestro tiempo.
Para esto, pensar cómo usamos nuestro dinero nos puede ayudar.
Es fácil pensar que una nueva computadora o un nuevo set de cojines para tu sala va a tener un impacto positivo y duradero en tu bienestar. Sin embargo, está demostrado que gastos pequeños y frecuentes tienen más incidencia en tu bienestar que gastos grandes y eventuales.
Es decir, salir a comer, ir a una clase de cerámica, o darse el tiempo de ir en viaje con amigos tendrá más impacto en tu bienestar que ahorrar meses para comprar un nuevo sillón o televisión para tu casa.
Finalmente, hay muchas experiencias que no cuestan dinero. Caminar, ir al parque, o invitar a alguien a comer en tu casa ofrecen oportunidades para relacionarte con otros o mejorar tu salud sin que cueste mucho dinero.
Te invitamos a reflexionar, piensa en el último gran gasto material que realizaste con la expectativa que tenga una gran incidencia en tu vida, ¿cuál fue el impacto a largo plazo?
Conclusión
Es difícil decirle a una persona en latinoamérica que se contente con vivencias y no busque comprar cosas cuando muchos en la región no tienen acceso a necesidades básicas. El deseo de tener una mejor calidad de vida en muchos casos puede y debe incluir la compra de bienes, como carros, casas y más.
Pero, una vez que ya tienes la libertad para reflexionar acerca de estas decisiones, no está de más preguntarse, ¿qué aporta más a tu bienestar, más cosas o más y mejores vivencias?
Esperamos que este artículo te ayude a tomar decisiones financieras que se alineen con tu bienestar, priorizando las vivencias antes las cosas en tu futuro.
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