Dos formas de construir un presupuesto, ¿cuál es la más efectiva?
Debes encontrar un balance entre la simplicidad y la precisión.
Como discutimos en el post anterior, un presupuesto nos puede ayudar a incrementar nuestra capacidad de ahorro. Entender nuestros patrones de consumo nos permite tomar decisiones que se alineen con nuestros valores, prioridades y objetivos financieros. A continuación, te explicamos como puedes construir tu propio presupuesto y así ¡tomar mejores decisiones financieras con confianza!
Sesgos que limitan tu presupuesto
Antes de empezar, tienes que estar consciente de algunos sesgos y dificultades que enfrentarás al crear un presupuesto.
Primero, es probable que subestimes tus gastos. Cuando te sientes a analizar o crear un presupuesto por primera vez, es probable que solo consideran los gastos más recientes o recurrentes y dejes por fuera muchos otros gastos importantes. Esto causa que tu presupuesto sea demasiado optimista y no refleje tu situación financiera.
Segundo, es probable que consideres gastos grandes como gastos únicos, cuando en realidad son gastos que pertenecen a una categoría de consumo más amplia.
Por ejemplo, si revisas tus gastos en el año anterior, puede que consideres el gasto de mantenimiento de tu auto de $500 cómo un imprevisto único. En realidad, lo más probable es que ese gasto sea parte de una categoría más grande con gastos recurrentes como el pago a la matrícula o el seguro automotriz.
Para mitigar estos sesgos, al momento de generar un presupuesto puedes hacerte ciertas preguntas. ¿En qué situaciones se generan mis gastos ocasionales? ¿Qué gastos adicionales se generan en esos momentos? ¿Puedes unificar esos gastos bajo una categoría y de ser así, qué otros gastos le corresponden? ¿Qué otro tipo de gastos podría incurrir pero no estoy considerando?
Tipos de gastos
Existen tres tipos de gastos que te explicaremos a continuación.
Gastos fijos: gastos que no puedes reducir sin forzosamente generar cambios materiales en tu vida. Por ejemplo, el costo de tú arriendo o hipoteca es un gasto fijo porque no puedes dejar de pagar ese rubro sin cambiarte de casa o perder tu hipoteca. OJO: la mayoría de tus deudas son gastos fijos.
Gastos esenciales: gastos que son difíciles de reducir sin cambiar tus hábitos y tu estilo de vida de manera sustancial. Por ejemplo, gastos relacionados con el consumo de alimentos (no incluye salir a comer), gastos en ropa, o transporte. Podrías reducir el gasto en transporte en gasolina si vas al trabajo en transporte público, pero esto requiere un cambio substancial en tu vida. Es posible reducir el gasto, pero es difícil.
Gastos discrecionales: gastos que puedes reducir sin afectar tu vida de manera sustancial. Los ejemplos clásicos son salir a comer a restaurantes, vacaciones o viajes y otros tipos de consumos que aportan a tu vida, pero no son estrictamente gastos fijos o esenciales.
Estas distinciones son importantes porque pueden determinar el monto mínimo de tu fondo de emergencia (más acerca de esto a continuación). Sin embargo, la mayoría de presupuestos solo consideran dos categorías: gastos fijos y gastos variables.
Dos formas de construir tu presupuesto
Ahora que tienes claro los sesgos que te jugarán en contra y los tipos de gastos, puedes empezar a construir tu presupuesto. Existen dos estrategias viables para generarlo.
Estimación: puedes simplemente generar una lista de gastos aproximados. Como ya discutimos, es probable que subestimes tus gastos y que omitas rubros importantes al considerarlos como gastos únicos. Este método no es aconsejable y por ende queda descartado.
Deducción: puedes deducir tu costo de vida considerando tus ingresos y tus ahorros. En teoría, sabes cuales son tus ingresos anuales y también tienes fácil acceso a tu nivel de ahorro. La diferencia entre tus ingresos y tus ahorros es tu costo de vida actual.
Auditoría: puedes generar una lista detallada de tus consumos pasados, anticipando los sesgos que ya conoces. Este método te brindará un presupuesto detallado de tu consumo. Para hacer este presupuesto más robusto y fiel a tu realidad, debes realizar una auditoría de tus cuentas bancarias y tarjetas de crédito.
Una vez tengas el presupuesto detallado, podrás llevar una contabilidad adicional mes a mes. Si bien esta es la forma más certera de generar un presupuesto detallado, también requiere de mucho esfuerzo y disciplina para mantener esta información al día.
¿Cómo utilizar tu presupuesto?
Un presupuesto bien armado te permite tomar ciertas decisiones financieras concretas.
Primero, podrás estimar el monto mínimo que necesitas para tu fondo de emergencia. Recuerda que este fondo debe cubrir de 3 a 6 meses de tus gastos fijos. Con tu presupuesto podrás calcular este monto fácilmente.
Segundo, podrás determinar tu tasa de ahorro. Como discutimos en nuestro último post, para poder invertir, necesitas ahorrar más o consumir menos.
Con un presupuesto, podrás analizar tus patrones de consumo y entender si tu estilo de vida está sufriendo de inflación desproporcionada. Por otro lado, también podrás identificar si tu nivel de consumo es apropiado para mantener una calidad de vida mínima y por ende debes priorizar tu crecimiento personal antes que el ahorro.
¿Cuál es el mejor método para ti?
Depende de tu personalidad.
Al deducir tu costo de vida, podrás realizar una planificación financiera básica. Por ejemplo, puedes generar un fondo de emergencia aproximado y modificar tu tasa de ahorro o limitar tu nivel de consumo a groso modo. No tendrás muchos detalles específicos, pero es fácil de hacer. Tendrás el 80% de los beneficios con el 20% del esfuerzo.
La auditoría de tus consumos te brinda un presupuesto detallado. Podrás realizar cambios más específicos en tus consumos para alinearlos con tus objetivos de vida. Sin embargo, esta estrategia requiere de mucho tiempo y esfuerzo para mantenerla al día.
A nivel psicológico, hay muchas personas que se sienten desmotivadas al tener que actualizar su presupuesto mes a mes. No tienen interés en llevar una contabilidad financiera y este método se presenta como una carga psicológica desincentivando el ahorro y la toma de decisiones financieras conscientes.
Por otro lado, hay personas que se sienten motivadas al tener que llevar esta contabilidad recurrente. Pueden llegar a sentirse empoderadas y en control de su situación financiera al llevar un control recurrente, incentivando el ahorro y la inversión.
Más allá del método, tu personalidad determinará cuál presupuesto es mejor para ti siempre y cuando puedas y quieras llevar a cabo una planificación financiera básica.
Diagnostica tu situación financiera
Hemos creado una herramienta para ayudarte a diagnosticar tu situación financiera actual. Si bien no está diseñado para que lleves una contabilidad recurrente, nuestro presupuesto te permitirá analizar tu consumo a detalle, te proporcionará un rango para tu fondo de emergencia, y sobre todo tendrás un mejor entendimiento de tu costo de vida y capacidad de ahorro.
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